Los hornos de gas han sido una opción popular para los cocineros caseros durante años, y por buena razón. Tienen muchas ventajas sobre los hornos eléctricos tradicionales. Para empezar, un horno de gas se calienta más rápido que un horno eléctrico, por lo que puede comenzar a cocinar antes. También proporcionan una distribución de calor más uniforme, lo que significa que su comida se cocinará más uniformemente y tendrá menos probabilidades de quemarse.